El viernes el Ministerio de Salud de la Nación (Argentina) recomendó, a través del médico y epidemiólogo José Barletta, practicar sexo virtual y utilizar aplicaciones digitales para conocer nuevas personas. Sin embargo, las medidas que apuntaban a preservar y dar cumplimiento efectivo al aislamiento social terminaron por despertar alarma entre los especialistas del grooming.

Las declaraciones oficiales, combinadas con el interés que los temas de índole privada suelen despertar en la opinión pública, dieron como resultado un bombardeo mediático. Desde guías sobre cómo practicar el sexo virtual, recomendaciones para evitar que se vean los rostros y los mejores fondos para los nudes que vamos a enviar.

Pero pocas se detuvieron en la cara B de la recomendación. La ausencia de especificaciones y el desconocimiento de una práctica que ofrece más peligro que diversión.

En el mar de notas que se desataron, decidimos detenernos en la publicada por el portal argentino de noticias infobae.com. Allí el fundador y director de la ONG Grooming Argentina, Hernán Navarro explica que el “problema de todo esto no es la libertad sexual, cada uno debe hacer lo que quiera con su intimidad. El problema es que el medio no garantiza esa intimidad. El significado propio del sexo virtual no es privado ni seguro”.

En tiempos donde las fuentes oficiales se erigen como voces autorizadas, la falta de perspectiva, la presión mediática y la dictadura de la inmediatez pueden convertir a la información en un arma de doble filo. Porque a la hora de comunicar de manera efectiva, las buenas intenciones no alcanzan.

Por eso si te interesa un tema seguilo, rastréalo, nutrite de diferentes perspectivas, hablalo con tus grupos de pertenencia o simplemente pregunta. La infopandemia es responsabilidad de todes.

Mirá las historias, encontrarás datos, recomendaciones y números para consultar y denunciar situaciones de grooming.