En Argentina, les diputades nacionales recibieron, esta semana, su primera capacitación en perspectiva de género. El episodio de ribetes históricos, que se replicará en cada espacio legislativo del país, responde a los lineamientos de la Ley Micaela.

La norma sancionada en 2019, que recuerda el femicidio de Micaela García, establece que todos los organismos del Estado tienen la obligación de formarse para prevenir violencia y discriminación.

La perspectiva de género, sin embargo, es mucho más que una capacitación; es la necesidad de incorporar un enfoque que nos obligue a pensar en el impacto de aquello que producimos, hacemos o decimos.

Por eso es preciso determinar formas, lenguajes, ámbitos y herramientas que construyan desde conceptos y contenidos hasta dinámicas de trabajo y políticas públicas libres de cualquier forma de discriminación.

Creer que la perspectiva de género es dar un curso anual sobre violencia cada 8 de marzo es como mínimo, desconocer el tratamiento transversal que merece el tema. De nada sirve apelar a discursos políticamente correctos y mostrar en nuestros folletos institucionales que los equipos de trabajo incluyen mujeres, cuando puertas adentro el acoso, el hostigamiento y la humillación siguen teniendo lugar.

Por eso desde Pájaro Comunicación instamos a que más personas y empresas hagan de la perspectiva de género su enfoque; para que finalmente las diferencias sean la base para construir espacios más respetuosos e inclusivos.