Una angustia de la que podrías pasar.

En estos días hemos visto cataratas de chistes y comentarios en redes sociales haciendo alusión a como vamos a vernos después de la cuarentena. Todos y cada uno de ellos, hablan de obesidad. Pese a estar en el 2020 la gordofobia aún no se extingue y lejos de quedar en el plano de la burla virtual se cuela en nuestras charlas cotidianas, e incluso en nuestros auto diálogos.

Pensá lo siguiente: Desde que empezó el aislamiento, ¿te preocupaste alguna vez por cómo podría cambiar tu cuerpo estando en casa? De alguna manera nos pasó a todes, tranqui.
¿Y por qué nos pasa? ¿Por qué cargamos con esta preocupación y la sumamos, e incluso la anteponemos a otras? Porque todo el entorno nos recuerda que lo peor que nos puede pasar en la vida es ser gordo/a/e.

Y esto no es nuevo.

En momentos donde la incertidumbre prima, caen puestos de trabajo, se reducen sueldos, se hacen más tareas en casa que antes, hay situaciones familiares diversas, y muchas veces no hay siquiera para comer o existe una gran limitación para conseguir ciertos alimentos, la preocupación por la estética nos corre el foco (otra vez).

Desde Pájaro repudiamos todos los memes y comentarios en redes, en medios de comunicación y en entornos cercanos, que ponen el eje en el cuerpo desde un sentido prejuicioso y discriminatorio. Como así aplaudimos a las marcas (en especial a las de emprendedores que fueron pioneras) que ya muestran otras realidades sin la necesidad de decir: “tenemos talles -especiales- “. ¡También vamos por películas, comerciales y series donde todos los cuerpos se vean reflejados sin ser diferenciados estereotipadamente! Pero para que esto pase, las agencias deben creer en lo que pregonan, sino los hilos se ven fácilmente.

Invitamos a dejar de abrir conversaciones con un: “Engordaste, ¿no?” como tampoco con un: “¡Uy, adelgazaste, que bien!” también invitamos a dejar de opinar sobre cuerpos, con liviandad e impunidad. Llegamos al hartazgo de solo escuchar como gente flaca le dice a gente gorda que tiene que comer, cuando en muchos casos encima ambas partes se alimentan igual.

Si vamos a darnos lugar para debatir sobre buenas prácticas alimenticias y un cambio paradigmático al respecto (alimentos procesados, la industria de los lácteos y la carne, entre otros) bienvenido sea. Pero tengamos en cuenta que hacerlo es entender que el envase no siempre representa al contenido. Y una cosa más, entendamos que los cuerpos van a cambiar, porque esto nos está cambiando, así que dejá de castigarte y castigar al resto, la gordofobia ya debería haberse extinguido, date cuenta. Y sí, vamos por eso.

Vamos por todo.