¿Qué es un parto respetado?
Del 17 al 23 de mayo transitamos la Semana Mundial del Parto Respetado. Sí, parece que hay que aclarar que el parto debe ser una cuestión de respeto, increíble. En Argentina en 2004 se promulgó la ley 25.929 que fue reglamentada en 2015 y plantea que las personas gestantes y sus hijes deben ser respetades en el momento del embarazo, el parto y el postparto. Una vez más somos, principalmente, las identidades feminizadas quienes nos encontramos en vulnerabilidad de nuestros derechos, agravándose frente a la pobreza.
Con la iniciativa de la Alianza Francesa por el Parto Respetado (AFAR, por sus siglas en francés), se busca visibilizar y hacer ejercer los derechos que tiene quien pare de elegir cómo hacerlo, entendiendo que hay tiempos orgánicos y fisiológicos distintos y la elección de cómo transitar ese momento tan vital e importante debe ser de le gestante, respetando sus afectos, cultura y creencias.
Les mediques tienen un rol importante en cuanto a la detección de complicaciones, lo que no significa que puedan imponerse por sobre las decisiones sobre el cuerpo de otres. Así también muchas clínicas y sanatorios imponen métodos e intervenciones invasivos que muchas veces no son necesarias, por lo que reciben un ingreso económico extra.

Tenés que saber es que si querés esperar a que tu hije nazca de manera natural y querés evitar el uso de calmantes estás en tu derecho, de la misma manera si deseas la aplicación de calmantes podes pedirlos y tenés derecho de acceder a ellos. Nadie te conoce más que vos misme, ningune profesional sabe más de tus sentires y es importante conectar con esta confianza para transitar un parto amoroso, cuidado y sano.
Cuando hablamos de parto respetado o humanizado, no estamos diciendo que no exista la cesárea, sino que esta no sea la única opción posible. Cuando hablamos de parto respetado exigimos que todes les parturientes tengan acceso a los recursos y medios para garantizar su vida cubiertos, al acceso a la información segura, acceso a la salud y sepan de sus derechos, elijan cómo traer vidas al mundo y que esas vidas puedan llegar de la forma más responsable posible. En la casa o el hospital necesitamos información y respeto mutuo.
La ley que está vigente hace ya 15 años, menciona además que la persona gestante tiene derecho a no ser sometida a ningún examen o intervención cuyo propósito sea de investigación. Se menciona que es fundamental recibir asesoramiento e información sobre los cuidados de sí misma y del niño o niña, y sobre anticoncepción en el momento del puerperio.
También tenés que saber que es tu derecho que luego de parir y de revisar que esté todo bien, pongan a tu hije en contacto piel con piel con vos. Es algo fundamental y que estás esperando hace 9 meses.
Lo mismo sucede con la posibilidad de la lactancia materna, es un derecho que vemos vulnerado en muchas ocasiones por la imposición del sistema de salud. Son infinitas las veces que en hospitales, sanatorios y clínicas lo primero que hacen es darle una mamadera de leche de fórmula artificial, imponiendo una alimentación no consultada. Si tenés la posibilidad de evitarlo y el deseo de amamantar, podés elegir hacerlo y es derecho del nacide lactar y recibir el alimento para el que el cuerpo gestante se preparó a crear.
Para esto es fundamental que durante el embarazo puedas acceder a la información sobre la lactancia. Quien sea tu obstetra durante la gestación debe brindarte la información necesaria para que desarrolles un embarazo saludable, te trate con paciencia y responda a cada una de tus dudas con sumo respeto, entendiendo que pueden aparecer dudas, angustias y miedos al respecto.
Cuando hablamos de parto respetado, hacemos hincapié en que confluyen diferentes tipos de violencia en lo que hace al desarrollo y culminación de un embarazo. Y muchas veces por ignorancia o por miedo (o por ambas), esto pasa desapercibido.
¿Cuántas veces escuchamos decir? “Ah, eso pasa, es re común” y están hablando ni más ni menos que de situaciones en las que le medique se rió ante una pregunta, o “se puso nerviose” o miró mal frente a una queja de dolor. ¿Cuántas veces nos hemos ido de la consulta médica sin preguntar? ¿Cuántas veces hemos escuchado y aceptado prácticas y procedimientos que no queríamos sin decir nada? ¿Cuántas marcas en nuestro cuerpo debemos seguir viendo para recordar?
Lo que nos incomoda, nos hace mal, lo que avanza sobre nuestros cuerpos imponiéndose es violencia, y les gestantes venimos viviéndolo hace siglos. Maltratos verbales (“si te gustó hacerlo ahora pujá”), imposiciones sistemáticas (episiotomía, cesárea, alimentación artificial) y falta de información clara, real y certera son algunas de las violencias que vivimos en la sala de parto.
Se tuvo que crear una ley para tener una herramienta a la hora de frenar esta muestra de machismo. Porque cuando hablamos de violencia obstétrica nos referimos a discursos, prácticas y acciones, que lejos de contener y ayudar, sumergen a las personas gestantes en un proceso colmado de apatía, indiferencia, intolerancia y estigmatización.
Dar información completa, respetar las decisiones de le gestante, ofrecer perspectivas que sumen y den herramientas para optar y mejorar el camino que queda por delante, deben ser parte necesaria de la práctica obstétrica. Dotándola indispensablemente de un enfoque feminista porque, como en toda profesión, debe primar lo humanitario.
La clave estará en no subestimar a la quien va a parir como tampoco dar por sentado que maneja información preexistente, en especial teniendo en cuenta que somos parte de una cultura donde la educación sexual integral no fue parte de los contenidos que nos formaron académicamente, hasta 2006 en Argentina. Mientras que en España es la gran asignatura pendiente, aunque se progrese en materia relacionada con formación sobre igualdad de género o diversidad afectivo sexual y romántica (dependiendo de la comunidad autónoma). Al menos en el sistema escolar. Hoy en ambos países se busca educar de manera diferente no solo brindando información en orden biológico sino social, sobre derechos, entendiendo de deseos y libertades.
Desde Pájaro nos involucramos en este tema (como en tantos otros) porque somos parte de una comunicación social que consideramos más que necesaria. Invitamos así a les profesionales de la salud a sumar herramientas de capacitación en el área, que propicien espacios amorosos y contenedores, donde puedan ponerse en el lugar del otre, entender como siente y así poder comunicarse mejor.
Invitamos a todes les que estén gestando, quienes hayan parido, quienes posean información valiosa para compartir a hacerlo, porque es a través de las redes colectivas de comunicación y de cuidado donde aprendemos más sobre nosotres, donde nos encontramos con otres que ya tienen experiencia y pueden acompañarnos. Nunca estamos soles. Invitamos a unirnos y crear una comunicación que cambie nuestra forma de llegar y relacionarnos con el mundo.
Parir en tiempos de pandemia
La situación del covid-19 alteró los protocolos que daban cierto respaldo a esta ley. Por ejemplo, hoy si la madre, padre gestante o xadre (persona no binaria, y en este caso, gestante) tiene el virus es separada de su recién nacide, lo que impide el contacto altamente recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Lo mismo está pasando con la internación, donde en muchos lugares no están permitiendo el ingreso de acompañantes. Es importante que si estás por parir puedas informarte de esto antes.
Es importante recordar que hay quienes eligen más allá de esta situación parir en sus casas tanto en Argentina como en España, pero que lamentablemente tienen ciertos vacíos legales dependiendo en que parte del país nos encontremos, lo cual es bastante absurdo, dado que la ley lo contempla.Con las manos vacías
En la semana del parto respetado también queremos hablar de quienes terminan sin cuna y sin ramo de flores. De quienes después de atravesar un aborto espontáneo o una cesárea de emergencia, deben irse a sus casas con las manos vacías.
Lamentablemente también en esos momentos muchas veces se presenta la violencia obstétrica. Que no te expliquen qué está pasando, o que lo hagan con términos sumamente técnicos (y muchas veces fríos) es violencia. Acá exigimos que entiendan que hay un duelo que afrontar y para esto también es necesario que se hagan capacitaciones. Decirle a una persona que acaba de perder a quién iba a convertirse en su hije, “sos joven, vas a tener otros embarazos” resulta casi insultante.
Detrás de cada persona que concibe, hay una historia, hay llantos, hay risas, hay preocupación, hay miedos, hay otras personas y expectativas que no pueden ser ignoradas. Todo ello forma parte del proceso y merecen de profesionales con compromiso a ser parte de cada una de las historias de vida que les invite a participar.No querer parir
Es imposible cerrar esta nota sin mencionar que en Argentina el aborto sigue siendo un delito (con excepciones) recogido en el Código Penal, pero también una realidad de quienes en consultorios privados o en espacios precarios, incluso en sus propias casas, lo practican. En España, por el contrario, hasta la semana 14 les mediques tienen la obligación de mencionarle a la gestante las opciones que tiene, entre ellas, no continuar con su embarazo. Este año incluso por parte del Gobierno Nacional surgió la propuesta de votar a favor de que las jóvenes de 16 y 17 años accedan a esta opción sin el consentimiento de sus progenitores, como ya contemplaba la ley 02/2010 original antes de ser modificada por el ejecutivo anterior.
Desde nuestro espacio consideramos que es parte de la violencia a la que las personas gestantes (muchas veces niñas) sufren a diario. En Argentina sólo es legal si la vida de la gestante o del feto corre peligro, si hay una discapacidad mediante o se ha sufrido una violación. Pero, hecha la ley, hecha la trampa, muchas veces el equipo médico miente sobre el tiempo de gestación (solo puede hacerse hasta las 14 semanas) e incluso apela a la manipulación para que se lleven a término los embarazos, recurriendo a la culpa, los miedos y las amenazas. He aquí de nuevo la importancia de la aplicación de la Educación Sexual Integral.
Que no exista la opción legal al momento de elegir qué hacer con nuestros cuerpos, nos limita a proyectarnos como seres humanos libres.
¿Que si estamos a tiempo de revertir eso?
Claro que sí, y acá estamos. Porque como ya sabes, vamos por todo.
Con la colaboración de Micaela Pultera, militante feminista en Argentina.